1 de noviembre de 2012

Entre cruces

Aunque lo quisiera evitar, las fechas en el calendario seguirían marcando mi vida. Que le voy a hacer, soy más tradicional de lo que creo. Así que, claro, hoy, las principales imágenes de mi cabeza son de cementerios. Y aunque suene, raro, cada vez me gusta más su iconografía. Es como si hubieran pasado de ser, un lugar terrorífico a un local con cierta belleza estética.

Seguro que en esto que acabo de escribir influye el hecho de que durante unos meses, las vistas de mi balcón portugués, dieran a un enorme camposanto, que cada noche era iluminado por cientos de candelas, y que aquella imagen pasó de producirme pavor, a buscarla cada noche antes de acostarme.


O quizá también tenga que ver que ayer visité un "encantador" cementerio en el que 40.000 almas descansan acompañadas de un silencio estremecedor, que nos acompaña en un paseo digno de repetir. De hecho éste ha sido uno de los primeros en programar visitas turísticas. Si pasáis por Lugo, es el de San Froilán, y si os encontráis a su responsable, Serafín, dadle un abrazo de mi parte.

Pensándolo bien, puede ser que lo que sucede es que me hago mayor y que lo que antes me asustaba, ahora lo empiezo a asumir como inevitable. A ti también te pasa?

Por cierto, que con esto de todos los santos, he recordado una costumbre de la "Raia", en la que tal día como hoy, las familias se juntaban para comer, y además de su mesa, al lado colocaban otra, con sus platos y sus cubiertos y las mejores viandas. Pero nadie las comía, porque eran para las almas de aquellos que se habían ido...


;)

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