Cambio de hábitos, cambio de aires, cambio de rutinas,... ¡qué bien sienta! Aunque sólo sea un ratito. ¡Qué bien sienta! Sobre todo cuando no te lo esperas. Ayer acabé alrededor de una mesa, rodeada de gente a la que nunca había visto, compartiendo carcajadas hasta que la responsabilidad me llevó a la cama. Esos momentos en los que da igual quién eres, de dónde vienes, a dónde vas. En los que el destino te ofrece extrañas alianzas.Anonadada escuchando las virtudes de la Ayurveda, de que las personas somos pita, vatta y/o kapha, de como esta terapia nos puede beneficiar en una sóla sesión.
Sorprendida comprobando los efectos de los perfumes de feromonas y el éxito de las fiestas del amor de Twin Shoes.
Disgustada por como el machismo puede llegar a los productos de las máquinas expendedoras de los WC.
Un encuentro breve y casual en el que aprendí más sobre anatomía que en tardes de estudio. Esos momentos en los que por fin me olvidé de que sigue lloviendo.
Es sábado, para muchos inicio de vacaciones o de un período alejado de la monótona rutina.
Que lo disfrutes y lo exprimas al máximo. Yo me voy a trabajar... que se hace tarde.
Sonriendo y bailando, tal y cómo quería Dionisio Ramón Emilio Valdés Amaro, que le recordáramos tras su muerte, sin Lágrimas negras.
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