Sí, "non sin tempo...", pero estoy de vuelta! Con disculpas por mi ausencia, más injustificada, que justificada, lo reconozco... Aunque en mi favor debo decir, que, inconscientemente, retrasaba el momento, para hacerlo coindicir con un período más tranquilo en mi vida, eso creo yo.
Y aquí estoy, el calor, definitivamente, se ha evaporado, los días son más cortos, vuelta al cole, vuelta a las rutinas, y ya casi con la Navidad ahí al doblar la esquina. Muchas cosas han cambiado desde el último post, otras, desgraciadamente lo han hecho para agudizarse, ya sabéis, la maldita crisis. Así que ¿por qué no volver a escribir? Sólo por una sonrisa vale la pena!
Últimamente me paso la vida en movimiento, de norte a sur. Por eso, cobra más relevancia que nunca, aquello de que en los pequeños detalles cotidianos reside la felicidad. La siesta en el sofá de casa, una conversación de amigas, pasear por el barrio, una caña a deshora, escuchar la radio en cama, hacer fotitos con mi chico como las que ilustran este post, el mar, la playa, el mar (siempre), la playa (siempre)... piezas de un puzzle que me hacen sonreir.
Con el deseo de no olvidar esas cositas baratas y especiales, despido la semana y os digo hola de nuevo.
Será un placer y una ilusión, como siempre, compartir este espacio.
:)
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