Verano interminable

Por el título del post se podría pensar que me refiero a los datos económicos, que no nos dan un respiro ni en estos meses de habitual escasez informativa. Pero nada de eso. 

Verano interminable, veranos largos eran aquellos de Junio a Septiembre, con tardes de playa y piscina, juegos al anochecer,  historias de miedo, mermelada de moras, excursiones, helados, cine al aire libre los primeros besos y los amigos, siempre los amigos.

Si cierro los ojos puedo imaginarme en aquellas largas vacaciones. En las que el sol tostaba nuestra piel sin que nos diéramos cuenta. Y en los que los libros de texto de Santillana, eran los únicos que nos recordaban que irremediablemente, el cole volvería.

Estos días en la playa, ha sido inevitable escuchar los corrillos de aquellos que ahora mismo, sin ser conscientes de ello, están disfrutando de un verano parecido a esos, (igual no, porque cada recuerdo hace a los nuestros diferentes).

Oído y visto en un arenal:
Una pareja de amigos (alrededor de los 13 años) se lamenta de que la tarde está llegando a su fin y uno de ellos debe volver a casa. Su abuela, que toma el sol con unas amigas ya le ha dicho que las 20:30 es la hora tope. Aún así, disfrutan tanto de la conversación sobre si la chica que les gusta les acabará agregando a facebook (jajaja, en nuestra época el dilema era otro), que el nieto busca a su abuela y 5 minutos después vuelve muy contento, ¡porque tiene un cuarto de hora más! Con una sonrisa, los dos aprovechan esos quince minutos soñando en alto con ese que podría ser el primer amor.

Y su sonrisa, era, claro, contagiosa.

Por esos veranos interminables, en los que de verdad disfrutábamos de las cosas pequeñas y exprimíamos al máximo cada instante.

Porque nadie les arranque la ilusión a los que ahora los tienen y porque la ilusión vuelva a nosotros, por lo menos, una jornada, en lo que nos queda de verano. ¡Qué no es poco!

Y tú, ¿también recuerdas esas vacaciones?

Best regards. ¡Y feliz día de Galicia!